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Adicciones

 

“Estoy deseando que se marchen todos de casa para quedarme solo y beberme lo que hay” “No puedo tener dinero en la mano”

 

 
¿Qué es una adicción?

 

Es un una dependencia emocional y física de un habito que domina a la persona y que se convierte en una enfermedad crónica. Todas ellas conllevan problemas psicológicos y según la clase de adicción a la que nos enfrentamos a graves problemas de salud.

 

Al hablar de adicciones nos viene a la mente todo tipo conductas relacionadas con el juego o con el consumo de drogas; alcohol, tabaco, marihuana, cocaína...etc. Las primeras terapias de grupo que aparecieron en la historia allá por 1935 en Ohio E.E.U.U. es Alcohólicos Anónimos.

 

Actualmente encontramos muchas asociaciones de alcohólicos que también funcionan con mucho éxito.

 

Sin embargo existe otro tipo de adicciones que no conllevan una dependencia física como son las drogas pero que tienen las mismas características. 

¿Cómo puedo saber si tengo una adicción?

 

La adicción siempre empieza con una conducta que nos resulta placentera, por ejemplo: comer, beber una copa de vino, ir de compras, fumarse un cigarrillo con amigos…etc. No quiere decir que todos los que nos guste hacer estas actividades seamos adictos a ellas.

En el trabajo realizado con los grupos de alcohólicos no es tanto la cantidad de ingesta de alcohol como las consecuencias y todo lo que existía alrededor de esa conducta.

 

¿Cuando consideramos que una persona tiene una adicción?

 

Cuando esa conducta es la que nos domina y no al contrario porque no existe fuerza de voluntad para no hacerla, aunque cause graves problemas. Tampoco existe satisfacción o placer después de hacerla porque vienen muchos remordimientos y sentimientos de culpa. Ocupa gran parte de los pensamientos y se dejan de hacer otras actividades para planearla y llevarla a cabo.

 

Afecta a nuestro cuerpo, a nuestras relaciones personales, daña nuestra autoestima y sobre todo causa mucha angustia el acabar con ella.

 
Las adicciones como se puede prevenir

 

El primer paso es reconocer que se tiene un problema con determinada conducta: beber, comer, jugar, salir de compras, fumar…

 

Con el psicólogo se trabaja en los procesos que ocurren antes de realizar la conducta, lo que sucede durante y lo que ocurre después.

 

Se indaga cuando surgió esa conducta y como pasó de ser una conducta que nos causaba placer a una adicción ¿para qué me sirve?

 

Al mismo tiempo se planifica una serie de actividades alternativas a la adicción. Desde el principio del tratamiento esto es muy importante, porque como hemos mencionado anteriormente la adicción ocupa gran parte de la vida diaria de las personas, casi todo el tiempo lo hemos ido llenando con pensamientos y comportamientos relacionados con la adicción y al acabar con ella nos encontramos con “mucho espacio en blanco” que hay que ir rellenando, construyendo nuevas rutinas sanas.

 

Hay que evitar volver a los antiguos hábitos, y no olvidar como me sentía con esa conducta. Para algunas personas el éxito del principio se convierte en un enemigo: el exceso de confianza, y se comete lo que llamamos recaídas la persona cree que puede volver a hacer esa conducta porque ya la controla. Por ejemplo en el caso de alcohólicos es fundamental no olvidar que aunque ya no beben y son personas sanas con una vida normal, no pueden volver a beber alcohol nunca. Para este punto crítico el apoyo del psicoterapeuta es fundamental, cada sesión de terapia te mantiene en la realidad, de manera consciente o inconsciente te relaciona con la adicción por la acudiste a consulta y los motivos por los que quisiste dejarla, pero lo más importante de todo te muestra como es tu vida ahora y todo lo que has ganado con el cambio.

 

Estos son algunos testimonios anónimos de personas que superaron su adicción

 

“Cuesta aprenderlo. Un día maravilloso de los muchos que he pasado en abstinencia” “Sino abandono esta silla nada me puede pasar” (se refiere a la silla de terapia) “Es parte de mi pasado, ahora estoy en la vida”

“Tuve miedo físico y tuve el valor de volver; ahorra me estoy empezado a querer” “No tenemos que echar pulso ninguno porque nos puede”

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